sábado, 18 de julio de 2015

Curso/Taller Tasación, valoración y comercio del libro antiguo (Una pequeña crónica)

Todos los asistentes al curso junto con dos profesores, Dra. Helena Carvajal y el Dr. Manuel José Pedraza Gracia. Fotografía tomada el jueves, 16 de julio, en el aula de la Residencia Universitaria de Jaca.
Esta pasada semana he tenido el gusto de asistir, y también de residir, en el Curso/Taller Tasación, valoración y comercio del libro antiguo (el link, con el programa, aquí), celebrado en la residencia universitaria de Jaca y ya un un clásico dentro de los Cursos extraordinarios de verano organizados por la Universidad de Zaragoza bajo la dirección del Dr. Manuel Pedraza Gracia. La lástima es que ha resultado ser la última edición de este curso, dado el esfuerzo que supone para sus organizadores y al impacto de la crisis sobre el número de alumnos. 

En el curso hemos tenido la oportunidad de profundizar en aspectos de la historia del libro (más el manuscrito) y su valoración (tanto cultural, histórica, artística, etcétera... como económica, dígase tasación con vistas a un seguro, un préstamo o una compraventa) que ni siquiera en las carreras de Biblioteconomía (ahora Documentación e Información) se tratan con el suficiente detalle. Especialmente novedoso, por los menos, para los bibliotecarios asistentes (varios, desde universidades, bibliotecas de diputaciones, etcétera) ha sido los criterios para ayudarles a fijar el precio de un libro, con vistas a una adquisición o una donación (en este último caso, importante para fijar la correspondiente exención fiscal). Otros temas tratados han sido la restauración y conservación del libro, el patrimonio bibliográfico, la gestión de una biblioteca patrimonial (clase dada por la estupenda Margarita Becedas, directora de la Biblioteca Histórica de la Universidad de Salamanca), etcétera.

Frente a la estación de Canfranc, el lunes, 13/07/2015. De izquierda a derecha, Esther, Natalia, servidor, Carlos "el Cordobés", Luis y Jesús.
Pero más allá de las clases -densas pero tremendamente instructivas- hay que destacar la profesionalidad y cercanía de los profesores asistentes (con especial recuerdo a Manuel y Helena, que no dudaban en conocer con nosotros la noche jacetana), y, sobre todo, el buen ambiente que hubo ente los compañeros, experiencia no sólo rica en amistad y risas sino también la posibilidad de conocer otras realidad regionales de primera mano (había gente de Barcelona, Murcia, Córdoba, Granada, Santander, País Vasco, Mallorca, México, etcétera) y ayudarnos a desligarnos de ese localismo férreamente impuesto en nuestro pensamiento por la fuerza de la costumbre y el beneficio de los políticos.

El curso no sólo fueron clase sino que parte de los compañeros pudimos organizar algunas excursiones a Jaca y su región que nos demostraron la belleza de esta ciudad y región (así pudimos ver el Museo Diocesano o la Ciudadela, ir en una tarde libre a admirarse ante la majestuosidad natural de Panticosa y la deslucida grandeza de la estación de Canfranc -en sus tiempos la segunda más grande de Europa-).

La despedida ayer fue triste pero nos fuimos con el convencimiento de que, más que conocimientos, hemos ganado amigos.

¡Qué haya muchos incunables en vuestras vidas! jajajaja

El jueves, 15/07/2015, "huimos" de la cena de la residencia y gran parte de los compañeros fuimos a cenar a un restaurante de comida típica (cayeron varios porrones de sidra, digamos, rosado, y el ambiente de jolgorio y buen rollo fue asegurado)

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